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Nuestros socios: Mª Jesús Ferrero

Corría el año 1992, cuando un sábado y por absoluta casualidad, me encontré en el autobús que iba a Madrid desde Colmenar (donde vivía en ese momento) con un padre claretiano al que conocía desde que era niña. Nos sentamos juntos y fuimos charlando. Me comentó que la secretaria que tenían se iba y estaban buscando a alguien, que si me interesaba. En aquel momento había terminado mi carrera de magisterio y estaba cursando Historia en la Universidad Autónoma de Madrid.

Así empecé a trabajar en el Estudio Teológico Claretiano de Colmenar Viejo. En aquellos comienzos y durante varios años, la «secretaria» llevaba la secretaría del Estudio Teológico, la administración de la revista Diálogo Filosófico y la catalogación de los libros de la Biblioteca. Prácticamente todo lo que hacía era nuevo para mi.  La Biblioteca era del Estudio Teológico (centro afiliado a la Universidad Pontificia Comillas) y tenía su bibliotecario, siempre un padre claretiano de la comunidad del Seminario de Colmenar Viejo. La catalogación se hacía en ordenador e imprimía en las típicas fichas de cartulina que se colocaban en los ficheros manuales (uno de acceso para estudiantes y profesores y otro de registro).

 Para mí este trabajo de colocación de fichas era el más tedioso, la verdad. En esos momentos el bibliotecario se encargaba de compras de libros, colocación en la biblioteca, gestión de las revistas…

Con el correr del tiempo, mis funciones fueron cambiando. Para empezar, el Estudio Teológico cambió su sede a Madrid y las clases empezaron a impartirse en los locales del Instituto de Vida Religiosa en el curso 1996-1997. Allí continuaron los estudios hasta el curso 2004-2005, cuando el Gobierno Provincial de los Claretianos decidió que los estudiantes claretianos cursaran sus estudios de Teología en la Universidad Pontificia Comillas y se suspendió la actividad del Estudio Teológico. La Biblioteca pasó a depender directamente del Gobierno Provincial de los Claretianos. Pasé a dividir mi tiempo de trabajo entre la administración de Diálogo Filosófico y la Biblioteca, ahora Provincial.

En este intermedio terminé mi licenciatura y decidí realizar un curso de catalogación pues vi la necesidad de formarme en este ámbito para realizar mejor mi trabajo. Este y otros cursos que realicé me gustaron mucho y conocí un campo nuevo y apasionante: el de la biblioteconomía.

A la vez se fue viendo la necesidad de informatizar la catalogación. Primeramente, a partir de enero de1998, empezamos a usar un programa gratuito de la UNESCO distribuido por Centro de Información y Documentación (CINDOC-CSIC). Era Micro CDS/ISIS y en él se catalogaba usando el formato IBERMARC y los registros se visualizaban en el formato de las Reglas de catalogación españolas. Seguíamos imprimiendo y colocando fichas.

Durante varios meses y puesto que ya no se impartían clases en el Estudio Teológico, se fue viendo la necesidad de un cambio y de dar «vida» a la biblioteca. Lo más razonable parecía tratar con la Biblioteca de Comillas y así se hizo. El bibliotecario se puso al habla con el bibliotecario de Comillas (por aquel entonces un jesuita) sobre la posibilidad de unirnos a ellos. Después de un estudio exhaustivo y al habla con Baratz se procedió al volcado de los documentos que teníamos ya informatizados en Isis y empezamos a trabajar en conjunto con Comillas en los módulos de catalogación y circulación. Estamos el curso 2004-2005.

Desde entonces, todos los libros que van incrementando nuestra biblioteca se catalogan directamente en Comillas aunque mantenemos nuestra individualidad, identidad e independencia. Respecto a la «circulación» y préstamo, nuestros estudiantes, que van todos los días (durante el curso escolar) a Cantoblanco, llevan y traen los libros solicitados en préstamo. Tenemos así nuestro «correo interno». Por supuesto, si algún usuario necesita algún libro fuera del tiempo escolar, puede acercarse hasta Colmenar para recoger los documentos que necesite.

Entre los Claretianos hubo voces de desacuerdo, normal, como pasa en todo sitio y lugar, pero yo personalmente considero que fue un gran acuerdo.

Al poco tiempo de unirnos a Comillas se contrató a una persona para ir haciendo la catalogación retrospectiva. Por este motivo y con el correr del tiempo, mis funciones han ido cambiando y actualmente, además de seguir con la administración de la revista Diálogo Filosófico, me encargo principalmente de las cuestiones administrativas de la Biblioteca (cuentas, presupuesto, pagos…) y del registro, suscripciones… de las revistas. Funciones necesarias pero, para mi, más tediosas y aburridas que la catalogación.

Nuestro fondo se incrementa principalmente por los libros que nos llegan a través de Diálogo Filosófico. Esto hace que sea una biblioteca rica en filosofía y materia afines. Tenemos un gran fondo de filosofía en lengua alemana. También recibimos muchas bibliotecas personales de claretianos que van falleciendo y de algunas comunidades que se van cerrando.

El actual bibliotecario ha cambiado un poco la política de compra y se adquieren principalmente libros que no están en Comillas, en la sede de Cantoblanco, puesto que los estudiantes claretianos pueden acceder a esos fondos sin problema cuando van a clase.

Recursos

En este mapa podréis ver todas las bibliotecas eclesiásticas de España…

La Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia en España para la defensa…